Seguro estoy que muchos de nosotros en algún momento usamos esta frase como pretexto para justificar un pecado y para seguir practicándolo, es casi viral leer y escuchar: ¡Sólo Dios me juzga! o ¡Nadie es quien para decirme si algo está bien o no! Entiéndase que si esto pasa con las personas NO creyentes, estamos conscientes que ignoran muchas cosas de la Biblia, y que debemos seguir predicando el evangelio ante un mundo tan dañado, cuya naturaleza del hombre es pecar (1 Corintios 2:14), pero aquellos que hemos llegado a los pies de Cristo, aquellos que la verdad de su Palabra nos hizo libres del pecado, aquellos que hemos nacido de nuevo espiritualmente ¿Cómo podemos seguir pensando que esta frase se sigue cumpliendo y aplicando en nuestras vidas? ¿Acaso cuando decidimos morir al mundo y vivir para Cristo, no estábamos dispuestos a aceptar que Dios quite de nuestra vida todo lo que nos separa de Él? Es decir, muchas cosas que antes practicaba, ya no las debo hacer, si antes de me deleitaba en el pecado, ahora debo aborrecerlo, ¿Y cómo cambiaré si siempre trato de justificarme?
Para comenzar con el tema es bueno preguntarnos ¿Realmente Dios prohíbe juzgar? Casi siempre muchos se escudan en Mateo capítulo 7:1 cuyo título es “El juzgar a los demás” y dice de la siguiente manera: No juzguéis, para que no seáis juzgados. La palabra juzgar proviene de griego “Krino”, y significa (Hacer diferencia, discernir, separar lo bueno de lo malo, decidir, castigar, disciplinar, condenar) es importante resaltar que cuando una palabra tiene varios significados, debemos estudiar el contexto de la frase, pues esto le da el énfasis real, por ejemplo si yo dijese: ¡Por gracia soy salvo! la palabra gracia tiene un significado (Favor inmerecido), pero si dijera una frase más coloquial ¡Mira la gracia que me dejó este! Aquí gracia, tiene otro significado (Broma, burla) esto mismo sucede en la Biblia con muchas palabras como fe, carne entre otras. Ahora, si sólo nos quedamos en este texto, muchos dirían, es totalmente cierto, no debemos juzgar, pero el punto no es agarrar una parte de un versículo, para que suene lo que yo quiero, es estudiar lo antes expuesto y lo que viene después para tener el panorama completo de la enseñanza. Por ejemplo, usted puede decir: ¡La Biblia me dice que nada me faltará! ¿Pero que tienes que hacer para que nada te falte? Que Jehová pastoree tu vida, si alguien dijese ¡Todo lo que haga prosperará! pero ¿Qué tienes que hacer para que en todo prosperes? No andar en consejo de malos, no andar en camino de pecadores, no ser escarnecedor, deleitarnos en la Palabra de Dios, meditar en ella todo el tiempo (Salmos 23:1; 1:1-3)
La palabra juzgados significa condenados, es decir, la sentencia que se le da a la persona, aplica también para el que lo dice. En el versículo 2 de mateo 7 Jesús dice: Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. La palabra Juicio proviene del griego “Krima” (Veredicto que se da sobre la falta de una persona) en pocas palabras, la misma sentencia aplica para el acusado y el que juzga), la palabra medida proviene del griego “Metron” donde se deriva metro, es decir una medida de juicio. Medís “Metreo” (Medir cantidad), medido “Anti-metreo” medir de igual manera al que mide. Para resumir esto, definimos que el juicio que se emita hacia otra persona, se devolverá.
Mateo 7:3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? Paja “Un tallo, una ramita, una astilla” y que representa una falta, un pecado, que cometió el acusado. La expresión “Y no echas de ver” del griego Katanoéo significa observar y considerar, y la palabra viga proviene del griego “Doko” que significa tronco, aquí notamos la comparación que hace Jesús, a alguien que quiere denunciar una falta en su hermano, pero este de igual forma lo ha practicado y puede que hasta sea constante en ese mismo pecado. Sería un descaro, sería atrevido que por ejemplo una persona que constantemente vive mintiendo, le diga a otro que mentir está mal y es pecado
Mateo 7:4 ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? Es decir, ¿Cómo corregir a tu hermano, cómo te atreves si no tienes base para hacerlo? ¿Cómo hablar contra el pecado si estamos en una vida doble? Si alguien tiene conocimiento suficiente, y mediante la Palabra juzga a otros, pero no se autoevalúa, se está engañando así mismo. Por eso el pastor, evangelista, maestro, predicador o cualquier cristiano que tome esta posición, realmente debe demostrar con sus frutos que ha nacido de nuevo, que es una persona completamente diferente (Romanos 2:1) porque este es el punto que muchos, mayormente en el mundo no pueden aceptar, muchos piensan que el amiguito o la compañera de toda la vida, quien en tiempo pasado vivía una vida desenfrenada y vacía, ahora no peca porque es cristiana, es decir, piensan que como ellos siguen atados a sus vicios y pecados, nadie puede cambiar definitivamente por el poder de la Palabra de Dios
Mateo 7:5 ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. Jesús resalta que son hipócritas aquellos que constantemente juzgan, exhortan, corrigen, pero se deleitan en el mismo pecado. Ahora, nótese que Jesús no dice, deja a tu hermano en paz, o no vuelvas a hacer eso, dice: saca primero la viga de tu ojo, “Y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano” Este es el punto que muchos quieren omitir y tapar, las razones pueden ser por no conocer correctamente las escrituras, o porque no viven realmente como cristianos, esto los descalifica al momento de querer corregir y exhortar a alguien.
Mateo 7:6 No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen. La explicación de este versículo se refiere a cómo manejar el evangelio, ante aquellos que odian la verdad, el incrédulo no necesariamente aceptará la verdad de los textos anteriores, por lo general le parecerá absurdo y ridículo. Cuando se hacen mención a los perros y cerdos, representan aquellos que blasfeman y rechazan el evangelio una vez dado (Proverbios 26:11) es decir, son necios porque insisten en permanecer en su vida de pecado. Ahora esto no significa que no se les predicará más, sino manejar la reacción del no creyente ante la confrontación con su pecado.
¿Tenemos evidencia de personas que juzgaron en la Biblia? Por supuesto que sí, Dios llamó a Moisés para juzgar a su pueblo (Éxodo 18:13-16) Moisés como tipo de Cristo y apegado a la ley, tenía la potestad de juzgar entre el pueblo, ya que no daba soluciones en base a su lógica, sino que hacía lo que Dios le ordenaba, todo con el propósito de corregir asuntos y pecados que se presentaron en el pueblo. A pesar que Moisés era 100% humano como nosotros, y que inclusive pecó, sin duda alguna Moisés tuvo una conducta intachable, tanto que no hubo otro profeta en el AT como el, que hablara con Dios cara a cara, que hiciera los milagros y prodigios que el hizo, es decir era un hombre que vivía para agradar a Dios, tenía la responsabilidad de encaminar a un pueblo tan terco como Israel, tenía que tomar acciones y medidas cuando le fuese necesario. Adicionalmente su suegro le sugiere que el no llevase toda la carga del pueblo, sino que enseñara las ordenanzas y leyes en las que debían andar, lo que podían hacer, y lo que estaba prohibido, y que escogiese dentro del pueblo “Hombres de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrecieran la avaricia para que juzgaran en grupos de 100, 50 y 10 personas” (Éxodo 18:17-23). También en ciertos casos el mismo pueblo tenía que juzgar (Números 35:24) donde la congregación de los israelitas y los que eran testigos, podían participar en la sentencia, por supuesto ellos no podían estar practicando el mismo pecado.
Con el paso del tiempo Dios levantó jueces (En hebreo libertadores o salvadores) con el mismo fin (Jueces 2:16) aquellos líderes que Dios dio al pueblo para perseverar a Israel contra sus enemigos, ya que si estudiamos el libro de los jueces que tuvo una duración de unos 350 años, desde la conquista de Josué hasta Elí y Samuel, podemos notar que siempre se presentaba un ciclo de declive. 1) Israel dejó a Dios, 2) Dios permite que el pueblo sea afligido y subyugado por pueblos, 3) Israel ruega por su liberación, 4) Dios levanta Jueces que guiaban a Israel a la victoria contra sus opresores, los encaminaban en abandonar el pecado y servir sólo a Jehová, claro está que no todos hicieron conforme a la voluntad de Dios. Es decir aquí podemos ver que la figura de Juez no era condenar al pueblo para su perdición, pero si demostrarles sin suavizar sus pecados que estas eran las consecuencias de abandonar a Dios.
En el NT se nos enseña que el creyente debe comenzar a autoevaluarse, para que tampoco seamos juzgados (1 Corintios 11:31). El hombre espiritual juzga todas las cosas (1 Corintios 2:15) vive discerniendo su vida, sus acciones, y procura vivir la vida que agrada a Dios. Cuando hay pecado en la iglesia, los miembros deben juzgarlo (1 Corintios 5:1-3), cuando surgen problemas dentro de la iglesia, los creyentes deben resolverlos, no los incrédulos (1 Corintios 6:1-8)
Conclusión:
(1 Corintios 5:1-3 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho) Nótese que Pablo exhorta a la iglesia en Corinto, donde ninguna figura de autoridad en la iglesia había tomado acción de disciplina y castigo, Pablo está sorprendido que puedan aceptar y tolerar que tales cosas como el pecado del «incesto» y que todo parezca normal, la expresión de Pablo nos denota que él tomó acciones con respecto a situación al decir que ha juzgado (Castigado, disciplinado) al que hizo tal cosa. ¿Por qué pues hoy nos gusta decir, que nadie me juzgue? ¿Por qué sólo decir oremos por el hermano, y NO también exhortarlo si está en pecado? Ya es tiempo iglesia que entendamos que así como un padre disciplina a su hijo para que sea un hombre de bien, igualmente en los caminos de Dios, si nos estamos desviando, si estamos cediendo al pecado, tu pastor o cualquier persona con liderazgo y testimonio, pueden con mucha sabiduría y apegados a la Biblia demostrarte donde están tus pecados y faltas, no condenándote, sino alertándote de las consecuencias graves que esto pueda traer a tu vida. Todos asocian juzgar con alguien que te acusa y que ya tú no tienes solución, y eso no es así, si la palabra juzgar hace ruido a tu oído, pues hoy te digo, no te cierres a un consejo, no te cierres a una corrección, no te cierres a un llamado de atención, no te cierres a una disciplina, si la persona que te confronta lo está haciendo sustentado en las sagradas escrituras.
Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres Juan 8:32
Ismael Quevedo