Categoría: La Biblia no se contradice

No matarás

No matarás

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La Biblia en ninguna manera se contradice, porque Dios no se equivoca y no hay nada que lo sorprenda. Así que es muy importante cuando leemos en las escrituras, que si algo nos parece contradictorio, no debemos pensar que tiene errores, sino que posiblemente no estamos aplicando los métodos de interpretación Bíblica. Por lo general esta suele ser la reacción de aquellos que cuestionan y descalifican la Biblia, porque muchas cosas no les parecen lógicas y razonables, sin embargo el cristiano, por medio de la Biblia, la fe, la razón y bajo la dirección del Espíritu Santo, podrá comprender el consejo de Dios plasmado en las escrituras, que no puede ser entendido por un corazón corrompido que desprecia y rechaza la verdad de Dios.

El mandato no matarás se encuentra registrado en el libro de Éxodo 20:13 y Deuteronomio 5:17 e integra el grupo del segundo gran mandamiento que es amar a tu prójimo como a ti mismo. La expresión no matarás viene de la palabra hebrea “ratshaj” y significa matar a propósito, pero en un contexto bastante amplio, es decir no sólo cuando nos referimos a un asesinato por violencia, también es por desenfreno, ira o venganza. Esto incluye el suicidio, que en ninguna manera es aprobado por Dios, pues el individuo pone fin a su existencia física despreciando al autor de la vida. Pero la pregunta que queremos estudiar es ¿por qué si las escrituras son tan claras con respecto al asesinar, cómo el pueblo de Israel arremetía contra pueblos enemigos exterminándolos sin piedad? ¿Por qué esto no les era contado como pecado?

La respuesta es más sencilla de lo que parece, cuando la orden venía de Dios, no era pecado, puesto que era el instrumento de juicio que Dios usó para castigar la maldad, la iniquidad y el pecado de los pueblos paganos, inclusive muchas veces los israelitas fueron asesinados por sus vecinos enemigos porque Dios enviaba juicio a Israel, de modo que no podemos creer esa falsa enseñanza que el Dios del Antiguo Testamento era un Dios malvado y castigador, pero que en el Nuevo Testamento tenemos un Dios más amoroso. Lo otro que debemos entender es la enseñanza espiritual que tenemos del Israel del Antiguo pacto, por ejemplo, sabemos que Egipto representa el mundo e Israel, el pueblo escogido de Dios, si lo llevamos a la aplicación espiritual, todos los que salimos de la esclavitud del pecado, ahora somos pueblo de Dios, es decir la iglesia de Cristo, por tanto muchos actos fueron literales en aquella época, pero para nosotros hoy son ejemplos o tiene un significado espiritual y en el caso de matar sabemos que ningún verdadero cristiano, saldrá a quitarle la vida a otro, diciendo que Dios le dijo que lo hiciera.

Si estudiamos el libro de Génesis podremos obtener las siguientes respuestas, ¿De dónde surge la muerte espiritual? Génesis 2:16, 17 “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”. Dios quiso probar la obediencia del hombre, pero le alertó las consecuencias que tendría si le desobedecía. ¿Cuándo se establece la muerte física? Génesis 3:19 “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás” La muerte física no fue instantánea pero evidentemente vino por causa del pecado y Dios fue quien la estableció. Por tanto, Dios como creador y dador de la vida, es el único que tiene la potestad de poner fin a todo ser humano, de la forma en como Él lo haga, sin embargo, esto no anuló la capacidad de los hombres para asesinar, ni significó que respetarían dicho mandato (clara consecuencia del pecado). Nótese que la reacción de Caín al ver que su ofrenda no fue mirada con agrado, fue matar al que según él le quitaba el favor de Dios, fue eliminar a su competencia o darle una lección a Dios (Génesis 4:3-8). Pero inmediatamente que Caín pecó, vino juicio contra él de parte de Dios como consecuencia de su maldad (Génesis 4:10-12). No es que Dios arbitrariamente estaba castigando a los hombres como si se complaciera en la muerte del impío, cuando Dios sentenciaba a un hombre o a un pueblo a muerte, era porque esa persona o ese pueblo había ofendido su santidad, aun cuando había tenido misericordia y les había dado tiempo para que se arrepintiesen, en el caso del diluvio fueron 120 años, pero ni esta población ni las personas de Sodoma y Gomorra, llegaron a dar una señal de arrepentimiento, así que Dios no es injusto en ninguna manera, Él es amor, es bueno, compasivo y misericordioso, pero también, justo, santo y severo, si Él sólo fuera amor, pero no fuera justo, no sería perfecto pues iría en contra de su naturaleza que sabemos que nunca cambiará (Inmutable).  

Dios siempre ha sido quien sentencia el juicio, (Génesis 6:3, 7; 15:14-16; 18:20,21; Deuteronomio 13:15, 16; 20:16-18; Josué 6:16-21). Pero cuando alguien por decisión propia, cometía una asesinato, era juzgado y castigado por Dios, tal como sucedió con David al planificar la muerte de Urías. Los israelitas no tenían licencia para matar a nadie de entre su propio pueblo ni contra sus enemigos, pero si la orden venía de Dios, ellos tenían que obedecerle, leamos lo que sucedió cuando el pueblo construyó un becerro de oro:

Éxodo 32:25-28 Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos, se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví. Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su ; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente. Y los hijos de Leví lo hicieron conforme al dicho de Moisés; y cayeron del pueblo en aquel día como tres mil hombres

Por otra parte debemos conocer que Dios ordenó la destrucción de los cananeos no sólo por su maldad que había llegado a su punto más alto, sino porque eran pueblos enemigos de Israel su nación escogida, de modo que el castigo viene tanto por su degradada sociedad como su intención de destruir a Israel. Adicionalmente Dios prometió que maldeciría a todos aquellos que maldijesen a Israel (Génesis 12:3) y cumpliría el juramento que le hizo a los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob (Deuteronomio 9:5) de introducir a Israel a la tierra de Canaán. En algunos casos destruyó a los enemigos mediante batallas con Israel, pero en otros mostró su infinito poder como cuando ahogó al ejercitó de Faraón en el mar rojo. Ya entendiendo que Dios es quien da y quita la vida (Deuteronomio 32:39; 1 Samuel 2:6; 2 Reyes 5:7; Juan 5:25-29; 11:15; apocalipsis 1:18) podemos concluir lo siguiente:

  • Las escrituras no aprueban el homicidio, ni suicidio, ni ninguna práctica que le ponga fin a un ser humano (aborto, eutanasia)
  • Dios no es un genocida, los cananeos y todos los pueblos que fueron y serán juzgados por Dios, recibieron un castigo como consecuencias de sus pecados y depravaciones, por ejemplo, los cananeos no sólo eran idólatras, también practicaban el incesto, la prostitución sagrada, el adulterio, la homosexualidad, la bestialidad y sacrificaban a sus hijos vivos, ofreciéndolos a sus dioses paganos, de modo que desde el más grande hasta el más pequeño, eran profundamente pervertidos.
  • Dios fue misericordioso con estos pueblos, ya que en el caso de los cananeos les dio 400 años para que se arrepintieran (Génesis 15:16)
  • Salvó a aquellos que realmente se arrepintieron o eran justos como el caso de Lot con la destrucción de Sodoma y Gomorra (Génesis 19), pero también a Rahab y su familia en la destrucción de Jericó (Josué 6:17)
  • Dios no se complace con la muerte del impío (Ezequiel 18:21-23; 33:10, 11; 1 Timoteo 2:4; 2 Pedro 3:9)
  • Quien haya cometido un asesinato no significa que ya no puede recibir perdón de Dios, si realmente experimenta un genuino arrepentimiento, Jesucristo perdona sus pecados y lo limpia de toda maldad, aunque no signifique ser librado de las consecuencias.
  • El Nuevo Testamento no sólo nos deja claro que es pecado quitarle la vida a otro ser humano (Mateo 5:21; 19:18; Lucas 18:20; Romanos 13:9; Santiago 2:11), sino que Jesús extiende más el concepto de homicidio en el plano espiritual, Él dijo: Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego”. Mateo 5:21, 22. En otras palabras Jesús dijo, también es quebrantado el mandamiento cuando por los sentimientos, pensamientos o palabras nos dirigimos a nuestros hermanos con odio, desde la expresión más simple hasta la más envenenada. El apóstol Juan habló con relación a este tema “Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.” (1 Juan 3:15). Así que no sólo alguien es homicida cuando se asesina, el llamar fatuo del griego morós (tonto, idiota, ignorante, insensato) refleja que esa persona NO tiene amor hacia su hermano, y el que no ama a su hermano permanece en muerte, un ejemplo similar al que adultera con alguien en su corazón.

 

#Labiblianosecontradice

Ismael Quevedo