Creo que muchos hemos escuchado en algún momento estos términos o hasta nos hemos topado con personas que al conversar con ellos afirman ser cristianos caídos o apartados, pero lo que busco enseñar con esta reflexión, no es sentenciar ni enjuiciar a aquellos que no están caminando con Cristo, Dios sabe que no es así, sino demostrar bíblicamente que no existe eso de un cristiano caído o apartado, quiero que salgan del error y del engaño porque quizás algunos estén confiando y descansando en que Dios aún está con ellos o que el Señor está de su lado a pesar de vivir perdidamente.
Hace varios meses junto con mi esposa estaba en dirección a una iglesia que iba a visitar en EEUU, cuando en el camino me topé con una señora, que estaba con su hija y un amigo, al observar nuestras Biblias, nos preguntó que si éramos cristianos, a lo que le respondimos que sí, ella nos dijo: ¡Yo siempre he sido cristiana, aunque tengo como 15 años que no asisto a una iglesia! Realmente me asombré con tal respuesta, ¿cómo un cristiano verdadero puede permanecer por tanto tiempo sin congregarse? ¿Acaso las escrituras no enseñan lo importante y necesario de estar en la casa de Dios?
Otra situación es la de un compañero de trabajo, que tiene conocimiento de las escrituras, porque de niño lo llevaban a una iglesia, este joven defendía la Biblia cuando se tocaban ciertos temas, sin embargo su estilo de vida era similar al que viven los del mundo, tanto en su vocabulario como en su forma de actuar, no necesitaba conocer su corazón, su frutos hablaban por sí mismos, así que siempre que podía le enseñaba que no todo se trata de defender la verdad, es necesario vivirla. En todo este tiempo me he dado cuenta que es cierta la cifra que mencionó el pastor Paúl Washer, al decir que el 60% de la población en EEUU dice ser cristiana, pero ¿cuántos realmente son verdaderos?
En nuestros tiempos, ser cristiano se ha resumido en:
- Decir que es creyente en Dios
- Decir que la Biblia es la Palabra de Dios
- Tener conocimiento de las escrituras
- Haber asistido algún tiempo a una iglesia
- Hacer buenas obras
Pareciera que con tan sólo cumplir uno o más de estos puntos, ya hace cristiano a la persona, pero sabemos bíblicamente que esto no es correcto. Veamos que dice la escritura en Hechos 11:26 “Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.” Lo que hacía cristianos a las personas que creían en el evangelio, no fue que duraron un año dentro de la iglesia, versículos anteriores enseñan que un gran número se convirtió al Señor al ser confrontados con la Palabra de Dios y durante ese tiempo en Antioquía, Bernabé exhortó a los nuevos cristianos, a que permaneciesen fieles al Señor. He aquí una palabra clave, “permanecer” es decir, mantenerse sin cambios en cuanto a la fe, la doctrina y la obediencia. Se les llamó cristianos porque eran seguidores de Cristo en todo el significado de la palabra, porque sus pensamientos, su vocabulario, sus actos, se parecían al de Cristo, tenían un claro ejemplo de aquellos apóstoles que estuvieron en el ministerio de Jesús como Pedro y Juan, no podían negar la conversión de Pablo, que pasó de ser un perseguidor implacable de la iglesia, a uno de los apóstoles más entregados para difundir el evangelio, sus cartas dan credibilidad de su nuevo nacimiento. La iglesia es el cuerpo de Cristo por la unidad de todo cristiano mediante la fe y la acción regeneradora del Espíritu Santo, conformada por pecadores llamados a ser santos, note que existen muchas maneras en la Biblia para referirse a un cristiano, por ejemplo: Nuevo nacimiento (Juan 3:1-7), nueva criatura (2 Corintios 5:17), hijo de Dios (Juan 1:12; Romanos 8:14) o nuevo hombre (Efesios 4:24) no son simples nombres para diferenciar a los seguidores de Cristo, estos términos demuestran que la persona ya no vuelve a ser la misma, es un cambio sin retorno, una metamorfosis, una vida nueva, cambios irreversibles, de modo que el verdadero convertido, inicia un proceso de santificación, va rumbo a la entera consagración y finalmente esperamos la glorificación, cuando este cuerpo corruptible, se vuelva incorruptible, cuando lo mortal, se vista de inmortalidad. Cuando somos realmente salvos no significa que alguien no puede caer, pero el que peca, se arrepiente y continúa, el creyente fiel permanece, retiene, persevera, no toma vacaciones en el mundo, no deserta por temporadas, no abandona el camino de la fe.
¿No pecaron Noé, Abraham, Jacob, Moisés, David, Pedro o Pablo? ¿Pero cuántos se alejaron completamente de Dios? ¿Cuántos regresaron al mundo y al tiempo volvían a las sendas antiguas? Antes de Cristo, todos aquellos que experimentaron un encuentro con Dios, obedecieron a la fe hasta el final de sus días, después de Cristo, los que creyeron en Él, se identificaron con Cristo por la fe y permanecieron así hasta el final de sus vidas. Estos son ejemplos opuestos a lo que se quiere enseñar hoy, como que no es necesario la iglesia, mientras se mantenga una relación con Dios, pero ¿acaso no adoramos, no oramos, no nos alimentamos con su Palabra y no compartimos con nuestros hermanos en la fe cuando nos congregamos? ¿Cómo alguien mantiene una comunión con Dios si aborrece a su hermano y si no tiene amor por los otros? Por otro lado, algunos creen que porque son bautizados, ya esto les da una investidura especial, como si éste fuera el sello de su salvación, por lo que piensan que aun estando en el mundo, la gracia y misericordia de Dios están sobre sus vidas, otros descansan en que papá y mamá son cristianos, por lo que ellos están bajo la promesa, dicen que Dios no permitirá que ellos se pierdan a pesar de sus rebeldías, otros le hablan de Cristo a familiares y conocidos, pero no están seguros de su salvación, no obedecen ni viven lo que predican, tenemos aquellos que descansan en arrepentirse al final de sus vidas, como si tuviesen la seguridad que tendrán tiempo de ponerse a cuentas con Dios. Amigo si usted se encuentra en alguno de estos escenarios o similares, permítame decirle que aún no es cristiano, no porque lo diga yo, es porque la Biblia lo enseña así, analice esto, si aún dentro de las iglesias, los falsos maestros que con toda intención tuercen la verdad, se van a perder (1 Juan 2:19; 2 Pedro 2:1-22; Judas 3-16), si aún dentro de las iglesias, se perderá la cizaña porque nunca fueron verdaderos cristianos (Mateo 13:24-30), ¿Cómo cree que alguien puede ser cristiano y salvo a pesar de vivir como los impíos?
El ladrón de la cruz (Lucas 23:39-43) no es una base sostenible, porque él sí evidencia un arrepentimiento genuino, se puede observar que durante todo el tiempo de la crucifixión, reconoció sus pecados, admitió que era merecedor de su castigo, expuso defensa por Jesús, no sólo reconocía que era inocente, sino que era el Hijo de Dios y tenía el poder para salvarlo, esto demuestra que su fe era verdadera y el Señor que escudriña los corazones, vio que su clamor era sincero. El hijo pródigo (Lucas 15:11-32) tampoco es una alegoría sustentable, porque este joven no representa un cristiano que se apartó, el término “pródigo” no sólo significa perdido, sino representa una vida inmoral, cuando aquel joven decide tomar su herencia para desperdiciarlo en el mundo y el padre le entrega sus bienes, esto ilustra cómo Dios permite que cada persona siga su propio camino. Las palabras que pronunció el joven ¡he pecado! Representa la confesión y arrepentimiento de un pecador, que sabe que Dios es misericordioso y le puede salvar, el padre que representa a Dios mismo, quien perdonó y salvó a este joven que estaba muerto espiritualmente, quién pasó de ser criatura de Dios a hijo de Dios. Esta enseñanza Jesús la da para clarificar su objetivo, pues antes les habló sobre la parábola de la oveja perdida y sobre la moneda perdida, así que la oveja que se perdió lo hizo por su propia ignorancia e insensatez, Jesús es quien busca la oveja perdida y la salva cuando el pecador se arrepiente, también la moneda perdida no tiene valor (está muerto) si no es hallada, pero cuando Cristo con más esfuerzo la encuentra, la rescata y le da un valor eterno.
No hay respaldo bíblico para decir que una persona es un cristiano caído, sencillamente no es cristiano todavía, la Biblia nos insta a permanecer en la carrera hasta el final, a ser constantes, sobrios, vigilantes, porque no sabemos cuándo vamos a partir ni cuando Jesucristo venga por su iglesia
Filipenses 2:12-13 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Filipenses 3:12-14 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Hebreos 12:1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante
2 Pedro 1:10-11 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás. Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo
Conclusión:
El pastor David Durelia decía: “Cristiano no es algo que hacemos, es lo que somos”, esta frase es totalmente cierta, nos referimos a un nuevo estilo de vida que ama a Dios por encima de todas las cosas, donde nuestro carácter, nuestra manera de pensar, nuestro vocabulario, nuestros actos, son filtrados por la Palabra de Dios, no nos pesa vivir de esta forma, porque es nuestra nueva naturaleza, de modo que cada uno de nosotros debe examinarse, para conocer si en efecto hemos sido realmente convertidos, pero lo que sí estoy seguro, es que aquellos que son salvos, no permitirán que las aflicciones, las pruebas, las angustias, las enfermedades, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida, ni ninguna otra cosa, los separe del camino del Señor, porque su fe está depositada sobre la roca que es Cristo Jesús. Amigo (a) si usted ha escuchado del evangelio, si por un tiempo asistía y hasta participaba dentro de las actividades de la iglesia, si por un tiempo leía la palabra y tenía una vida de oración, pero después prefirió seguir con su estilo de vida que no agrada a Dios, si desertó del camino de la fe, debe arrepentirse de sus pecados y volver a los brazos de Cristo, quien es grande en misericordia y su gracia está aún disponible para que usted se decida por Él, para que usted tome una decisión definitiva por su salvación. Nunca piense que ya es lo suficientemente malo o pecador, o que ya es muy viejo, o que todavía es muy joven para cambiar, mientras tenga vida, aún tiene oportunidad
Ismael Quevedo