Una de las definiciones de la palabra desertar, es abandonar las concurrencias que solía frecuentar, pero en el caso militar podemos referirnos a un soldado que desamparara y abandona su bandera en el momento de una guerra. Llevando este ejemplo al área espiritual podemos preguntarnos ¿Por qué muchas personas que por tanto tiempo vimos en la congregación de los santos, ya hoy no están? ¿Por qué tantos jóvenes y adultos con los que crecimos en la iglesia, decidieron regresar al mundo? Y no me estoy refiriendo a alguien que sólo vi una vez en la iglesia o que iba ocasionalmente a los cultos, hablo de muchos que parecían correr bien, que aún sus frutos, sus actitudes, sus palabras, su compromiso dentro de la iglesia, daban señales de ser un cristiano verdadero. Usted que conoce las escrituras puede llegar a varias conclusiones, quizás no se les predicó correctamente el evangelio, estaban en la iglesia con otros fines, sólo amaban la obra de Dios, entre otras, pero a pesar que cualquiera de estas respuestas, pueden ser causas razonables, pareciera que el problema está adjudicado al medio en como creyó o que todo empezó mal desde el principio, pero ¿sabía usted que aún con una clara y correcta exposición del evangelio, aún cuando se les ha predicado la verdad absoluta de las escrituras, aun estando en una iglesia bíblica que vela y escudriña la Palabra, que se mantiene aferrada a la sana doctrina, también hay personas que terminan desertando? Veamos que dice la escritura:
1 Corintios 15:1-2 Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.
En esta primera carta a la iglesia ubicada en Corinto, sabemos que Pablo inspirado por el Espíritu Santo, corrige y exhorta la conducta de muchos miembros dentro de la iglesia, quienes se depravaron, inclusive superando la conducta de otros que estaban en el mundo, tal fue la situación en la iglesia en corinto, que Pablo se refiere a ellos como a carnales (1 Corintios 3:1-4) es decir, no había nada de cristiano en esa congregación, sin embargo Pablo da varias enseñanzas que se relacionan directamente con asuntos del pecado y la justicia. Luego de abarcar en los capítulos anteriores temas que establecen la verdad fundamental para una conducta piadosa, en este capítulo 15, Pablo enseña la doctrina de la resurrección y la esperanza de la iglesia, comenzando con estos dos versículos que incluyen una palabras claves “recibir”, “perseverar”, “retener”. La iglesia en corinto fue fundada por el mismo apóstol Pablo en su segundo viaje misionero (Hechos 18:1), quien se encargó durante 18 meses (Hechos 18:11) de enseñarles la Palabra, podemos decir que recibieron un evangelio puro, por parte del mismo apóstol a quien Dios utilizó para escribir la mayor parte del NT. Al inicio los hermanos con gozo recibieron la palabra de Dios, comenzó a difundirse la verdad de Cristo por toda la ciudad, de la misma forma, existen creyentes que al escuchar el evangelio, se convencen que el evangelio es cierto y real, inclusive procuran hablar a sus familiares y amigos que existe un Dios que también quiere salvarlos del pecado, algunos no dan ni siquiera señal de vergüenza. Regresando nuevamente a la situación en corinto, no fue que las personas abandonaron la iglesia durante ese año y seis meses que estuvo Pablo con ellos, ellos estaban perseverando en la fe, con cada alimento espiritual, crecían en sabiduría y practicaban lo aprendido, por eso también es común en muchos creyentes, su inclusión y participación en las actividades de la iglesia, no todos se acostumbran a sólo ser oidores ni espectadores, quieren integrarse en los ministerios y buscan la forma de crecer espiritualmente. Ahora, ¿será suficiente con iniciar bien y transitar por un tiempo en el evangelio? R= Pablo escribe “si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano”. Es decir, si continúan confiando firmemente en el evangelio, serán salvos, sino, de nada les servirá haberla aceptado. Es acá donde llegamos a lo medular del tema, ¿Es posible que una persona crea en vano? R= Por supuesto que sí, no todos dentro de la iglesia experimentan la fe salvadora, sino una fe superficial, podemos decir que esta fe es aquella que reconoce la existencia de Dios, que sabe que el evangelio es cierto, pero estas personas nunca tienen amor sincero a Dios, ni a Cristo, ni a la justicia, por tanto, son personas que no practican la santificación. Pablo argumenta en todo el capítulo 15, la seguridad de la resurrección de Cristo y que es absolutamente verdadero que todos aquellos que retienen la palabra, al final alcanzarán la corona, en el versículo 34 dice: Velad debidamente, y no pequéis, esta expresión se traduce como: “Guarda la debida sobriedad o despertad a vuestros sentidos”, porque así como el que está borracho, no tiene noción de lo que hace y actúa de forma desorientada, también el que no vela como es debido, comenzará a practicar cosas que no son correctas en el plano cristiano.
Un hermano en la fe, decía en una prédica “La vida del cristiano no tiene sentido, si no alcanzamos salvación” es una verdad total, porque ¿qué sentido tendría vivir justa y piadosamente en esta vida, si al final perecemos como los impíos? Pablo escribió, si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, porque mañana moriremos, pero no lo plantea como una duda, lo dice porque así piensan los que no tienen una fe auténtica, que cuestionan aún la salvación, la segunda venida de Cristo o la existencia del mundo espiritual, pero así como en la galería de Hebreos 11, estos grandes hombres de fe, tuvieron una esperanza en su propia resurrección, también nosotros, los verdaderos cristianos, estamos confiando plenamente en que nos vestiremos de incorrupción e inmortalidad a la final trompeta. Hermanos aquellos que han desertado, aquellos que han regresado a los placeres temporales el pecado, aquellos que toman vacaciones espirituales, han creído en vano, porque aun cuando no todos abandonen literalmente la iglesia, llegará el día en que se sabrá quién era trigo y quién era cizaña (Mateo 7:13, 14, 22-27; 13:24-30, 34-43, 47-50; 25:1-30)
La Biblia enseña que si es posible creer en vano, donde muchos pensaban que eran salvos, pero nunca nacieron de nuevo:
Lucas 8:13 Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan
Hechos 8:13 También “creyó” Simón mismo, y “habiéndose bautizado”, “estaba siempre con Felipe”; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito.
(Note lo que el apóstol Pedro le dice al Simón que había creído en versículo 13). Hechos 8:21 No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios.
2 Corintios 6:1 Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os “exhortamos” también a que “no recibáis” en vano la gracia de Dios.
2 Corintios 13:5-6 “Examinaos” a vosotros mismos si estáis en la fe; “probaos” a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados? Mas espero que conoceréis que nosotros no estamos reprobados
Conclusión:
Hermanos, estamos en tiempos finales, donde es necesario que no descuidemos nuestra salvación, el que vive para Cristo, morirá en Cristo, no nos relajemos por el tiempo recorrido, el verdadero cristiano vive un día a la vez, donde así como el que estudia, no levanta el título hasta que se gradúa, porque así como el atleta, no levanta la copa hasta que alcanza la meta, nosotros también debemos retener la verdad hasta el final, que por la gracia de Dios, nos ha sido dada
Ismael Quevedo