¡Si hubiese nacido en otra época!

Enoc

Hablar hoy de vivir una vida recta delante de Dios, suena para muchos una frase descabellada, hablar hoy de aborrecer el pecado más que a nada en esta vida, suena a exageración, pero ¿Acaso Dios nos pedirá algo que no podemos cumplir? Dios no nos pidió volar, porque sabe que no fuimos creados para eso, Dios no nos pide respirar debajo del mar, porque sabe que no podemos, pero fíjense que Dios durante todo el tiempo del A.T. exigía un pueblo santo, y luego en el N.T. la demanda de ser santos en toda nuestra manera vivir no cesó ni ha disminuido. Y en esta serie de excusas para seguir pecando, bíblicamente puedo demostrar que el hombre ha tratado de buscar cómo justificarse delante de Dios, siempre ha buscado la manera de exponer una lógica humana, científica o subjetiva, del por qué no pueden vivir sin dejar el pecado.

¡Ojalá hubiese vivido en otra época! Una frase en la que muchos quieren escudarse hoy, porque pensamos que hace siglos atrás o en los tiempos del A.T. la vida era más fácil, sabemos que Cristóbal Colón nunca supo lo que era un Smartphone, Simón Bolívar no conoció que era un TV, pero de algo estoy seguro y es que en esos tiempos las distracciones siempre existieron, actividades que ocupaban el tiempo de los hombres también, y por supuesto, el pecado no era menos evidente, fíjense algo, no era necesario que ellos vieran pornografía en internet, ellos podían codiciar mujeres y adulterar en su corazón (Mateo 5:18) no se inspiraron en codiciar y robar viendo Investigation Discovery, en su corazón no había temor a Dios (Josué 7:20-21). La perversión y el pecado han sido tan graves desde el principio, que Noé predicó durante 120 años (Génesis 6:3) y ni uno se arrepintió. Ezequiel, Jeremías e Isaías fueron predicadores a tiempo completo, y nadie se arrepintió. Dios no les pedía algo imposible, sólo una vida obediente a su Palabra

¡Ojalá hubiese vivido en otra época! Quizás usted al leer la historia del pueblo de Israel, y observar la inconstancia, la rebeldía y lo tercos que eran, habrán pensado o dicho ¡Yo no hubiese llegado a esos extremos! Y nos imaginamos que nosotros sí hubiésemos sido más sensibles a la Palabra, nos imaginamos obedeciendo a Dios junto con Moisés, con Josué o con Elías. Pero no nos damos cuenta que todos los errores que cometió Israel, todos los pecados que cometieron grandes hombres de la fe, todas las exhortaciones y correcciones que se le hicieron a las primeras iglesias, Dios las dejó plasmadas y muy claras, para que nosotros no caigamos en los mismos pecados que ellos. Dios hoy nos dice en su Palabra ¡Sólo esfuérzate y se muy valiente, en cumplir todo lo que está escrito en la Biblia, cúmplelos al pie de la letra, medita en ella de día y de noche! Tal como se lo dijo a Josué en el capítulo 1:6-9. Iglesia del siglo XXI, ¿En qué nos estamos esforzando? Si sólo buscamos justificar nuestros pecados, ¿En qué somos valientes? Si sólo buscamos cualquier excusa para seguir pecando, ¿Cómo pensar que estamos en los mejores momentos? Si somos la peor generación de cristianos. Más bien deberíamos decir, ¡Ojalá tuviésemos más Moisés en esta época! Que cuando el pueblo desenfrenado, pecó con los dos becerros de oro, se paró en el campamento y dijo ¿Quién está por Jehová? (Éxodo 32:26) ¡Ojalá tuviésemos más hombres como Juan el bautista! quien no se congraciaba con el pecado, y sin ningún tipo de miedo le decía a Herodes “No te es lícito tener la mujer de tu hermano” (Marcos 6:18) ¡Ojalá tuviésemos en estos tiempos hombres como Pablo! que cuando tuvo que corregir la conducta y los pecados de la iglesia en Corinto, no les dijo frases bonitas para que no se ofendieran, más bien les dijo que eran carnales (1 Corintios 3:1,3) ¡Ojalá y algunos sigan el ejemplo de Jesús! quién NO FUE humanista, porque cuando el pueblo le buscaba para satisfacer su hambre, Él les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Cuando muchos de sus discípulos murmuraban que dura era esta palabra, Jesús les dijo ¿Esto os ofende? Y cuando muchos volvieron atrás y ya no le seguían, Jesús le dijo a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?  (Leer Juan 6)

Hubo un hombre ejemplar entre sus contemporáneos, y la Biblia nos da suficientes detalles como para que hoy nos de vergüenza la vida cristiana del siglo XXI, que es tan light, tan superficial, tan vacía, y que no se parece en nada al testimonio de este hombre, hablo de Enoc:

Génesis 5:21 Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén.

El capítulo 5 de Génesis comienza detallando los descendientes de Adán, y todos aquellos que provienen de Set (Génesis 5:3) son los que se conocen en Génesis como los hijos de Dios (Génesis 6:2) en contraste con la perversa generación de Caín, quienes se conocen como los hijos de los hombres. Podemos notar una secuencia en como Dios detalla la genealogía de Adán, y que va en un constante ciclo. Los hijos de Dios eran hombres diferenciados de los demás por su esfuerzo en buscar la misericordia y gracia de Dios (Génesis 4:26), a pesar de habitar cerca de los hijos de los hombres, habían propuesto no contaminarse en conducta, moral y actitudes. No teniendo una Biblia en sus manos, conocían la existencia de Dios, pues Él en su soberanía ha dejado evidencias notorias de su existencia (Romanos 1:19-20) el hombre a través de su razón y ley moral sabía claramente lo que era el pecado

Génesis 5:22 Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas.

Y caminó Enoc con Dios: La palabra caminó en la traducción de la Septuaginta (Traducción antigua del A.T. del Hebreo y Arameo al Griego) es la palabra hebrea “aresko” significa ser agradable o ser aceptable, está en el mismo contexto de los pasajes en (Miqueas 6:8 y 2 Timoteo 2:4) Y podemos conocer que esto fue cierto porque en Hebreos 11:5, nos muestra que tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Enoc era un hombre justo, vivió conforme a la voluntad revelada por Dios, apegado a la verdad y con justicia, la biblia nos enseña que los justos son aquellos que tienen el cuidado, protección y favor de Dios, porque sólo buscan hacer su voluntad, es la vida contraria de los impíos (Salmos 37). Enoc estuvo en contra de los apostatas de su época, aquellos que desviaban a los hombres de la voluntad de Jehová, aquellos cuya condenación es segura, el Espíritu Santo le revela a Judas que Enoc profetizó la segunda venida de Cristo (Judas 14) que va juzgar a todos, y condenará a los apostatas por todas su obras impías, por todas las cosas duras que han hablado contra Él, en Judas versículo 15, la palabra obras proviene del griego “ergon” y su significado es: trabajo, empleo, tarea y obra. Es decir aquellos que su oficio era blasfemar contra Dios. Y el versículo 16 de Judas, la palabra murmuradores, proviene del griego “gongustes” significa uno que se queja, expresiones contra Dios. Enoc era sumiso a Dios, amaba la misericordia, hablaba con sabiduría, confiaba en Dios y hacía el bien.

Génesis 5:23-24 Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

Este hombre caminó con Dios por 300 años y fue tal el testimonio, que Dios le llevó, Enoc al igual que Elías, gozaron de un privilegio único de no ver muerte y ser llevados al cielo. Fueron 3 siglos donde cada año que pasaba era más hijo de Dios, donde cada década que pasaba, seguía creciendo en obediencia, Enoc tuvo a Matusalén, el hombre que más vivió sobre la tierra (Génesis 6:27) y Matusalén fue abuelo de Noé, hombre que fue justo y perfecto en sus generaciones (Génesis 6:9)

Conclusión:

Enoc no tuvo la ley, no fue un discípulo de Jesús, no formó parte de la primera iglesia, no tuvo en su manos una Biblia, pero su vida intachable demostraba que si se podía agradar a Dios, a pesar del pecado que le rodeaba, no pensemos que Enoc vivió en lo mejores tiempos, recordemos que un capítulo después (Génesis 6), cuando los hijos de Dios tomaron para sí mujeres impías (hijos de los hombres) esta unión comenzó a desviar sus corazones, tanto que la maldad del hombre y todo designio de los pensamientos del corazón, era de continuo el mal (Génesis 6:5). La Biblia no específica el número de habitantes que hubo antes del diluvio, pero por estudios del capítulo 5 de génesis, por la población que se detalla y la cantidad de años que vivieron las personas, los teólogos calculan que la población pudo estar cerca de los 3 millones de habitantes. De los cuales sólo 8 se salvaron cuando vino el diluvio.

Estamos en tiempos difíciles donde somos bombardeados por toda clase de inmoralidades, toda publicidad, toda película prácticamente tienen contenido sexual, incitando a los jóvenes a la promiscuidad sexual, la pornografía está al alcance de cualquiera, las drogas, el alcohol, la música del mundo, son las mejores distracciones que tienen esclavo a la juventud, la psicología, la filosofía, el humanismo, las religiones, los ídolos, son parte de los caminos de perdición que buscan apartarnos de Dios. Pero recordemos que también hoy la iglesia verdadera de Cristo, tiene al Espíritu Santo que mora en nosotros, que nos enseña, nos refrena, nos santifica, nos guía, tenemos la Palabra de Dios en la cual tenemos descanso, la Biblia nos enseña cuál es la voluntad del Señor, nos da sabiduría, nos exhorta, nos confronta para que seamos santos y obedientes a Él, encontramos todo lo que Dios quiso revelarnos y es suficiente para andar como Jesús anduvo. Tenemos la iglesia, el lugar donde nos congregamos junto con nuestros hermanos, para adorar al Señor y recibir la Palabra que necesitamos cada domingo, que nos da fuerzas para continuar nuestro transitar en esta vida, podemos acceder a Biblias, libros bíblicos, diccionarios y comentarios bíblicos, materiales, prédicas, talleres, seminarios correctos, entre otros al alcance de un clic. Hoy no estamos en desventaja, hoy tenemos más recursos para ser más cristianos, para ser santos, y cuando pasa por nuestra mente que hoy no es posible vivir apartado del pecado, sencillamente son excusas para seguir pecando

Ismael Quevedo